Mensaje de la lavadora al Señor de los Embustes
San Juan de los Morros, 20/11/2009
Hermoso y amado:
Embustes de los Buenos
En caliente.
Antes de iniciar mi relato o exposición de motivos, quiero decirle que soy una mujer sola, desempleada y con cuatro hijos, de los cuales a tres se les quemó el motor la semana pasada, el único que me queda medio bueno es el menor que aun no lo han enchufado o mejor dicho no está trabajando. Actualmente vivo en una casa humilde pero cómoda, donde por cierto últimamente no me ponen a trabajar porque no llega el agua, dice mi amiga la escuálida que eso es por culpa del gobierno, como siempre ellos queriendo satanizar o maximizar las cosas.
Ya me debes conocer, soy la mujer incansable que te deja la ropa limpiecita y no sólo la tuya sino también la de tu familia y que cada vez que me prendes te hago: chaca-chaca y cuando se va a luz te hago: uh-ah. ¿Me recuerdas?
Lo cierto señor Embuste, me decidí a escribirte porque no aguanto más las promesa que sobre ti pesan y ya me tienes los cables afuera, sincérate conmigo o es que ¿le tienes miedo a mis dueños? a propósito en estos días escuche decir que muchos de esos humanos (nuestros educados dueños) nos quieren llevar para la puerta de tu despacho, ¡imagínate! si nos aparecemos allá reclamando nuestros derechos y con la consigna de: “con y sin luz paganos la promesa”, me imagino tu cara etérea y ondulante al vernos en tu cúpula, jajajaja, disculpa la risa.
Mientras tanto querido Sr. Embuste no deseo ser grosera con usted, por lo tanto en mi condición de mujer, acaba trapo y dama de armas tomar, me encuentro en la imperiosa necesidad de increparlo por la ineficiencia a la hora de cumplir sus promesas, imagínate tú que los teteros de los hijos de mis dueños se pusieron piche porque a mi comadre la nevera se le achicharro el motor.
Fíjate, en esta casa me tratan muy bien, no me quejo de eso, es más, cuando se va la luz no me regañan porque dejo de trabajar, lo único que dicen es: ¡Que viva Chacumbele!, por cierto ¿quién será ese señor?, quien sea, debe ser una deidad porque además escucho cuando uno de mis dueños dice: Gracias a la inversión de Chacumbele ahora la luz es con velas.
Lo cierto del caso es que no quiero hablarle sólo de mí, sino también de mis amigas y amigos: la licuadora, la plancha, mi compadre televisor, mi padrino computador, el vecino ventilador y mi comai la nevera, los cuales últimamente se quejan porque dicen que cuando usted estaba en campaña prometió que si una de ellas o ellos se quemaban producto de los constantes apagones usted se haría responsable de reponerlas por una nueva, cosa que hasta el momento no ha pasado. Ellas además comentan que usted les jugo kikiriguiqui y que también les vio cara de pendejas.
No quiero pasar por una proxeneta, con este mensaje dejo bien clara mi posición y no digas que no te comunique, guerra avisada no mata soldado, me despido de ti con un beso de espuma y con un abrazo hediondo a cable quemado, atentamente: La mismísima Lavadora. *Estudiante de Comunicación Social.
San Juan de los Morros, 20/11/2009
Hermoso y amado:
Embustes de los Buenos
En caliente.
Antes de iniciar mi relato o exposición de motivos, quiero decirle que soy una mujer sola, desempleada y con cuatro hijos, de los cuales a tres se les quemó el motor la semana pasada, el único que me queda medio bueno es el menor que aun no lo han enchufado o mejor dicho no está trabajando. Actualmente vivo en una casa humilde pero cómoda, donde por cierto últimamente no me ponen a trabajar porque no llega el agua, dice mi amiga la escuálida que eso es por culpa del gobierno, como siempre ellos queriendo satanizar o maximizar las cosas.
Ya me debes conocer, soy la mujer incansable que te deja la ropa limpiecita y no sólo la tuya sino también la de tu familia y que cada vez que me prendes te hago: chaca-chaca y cuando se va a luz te hago: uh-ah. ¿Me recuerdas?
Lo cierto señor Embuste, me decidí a escribirte porque no aguanto más las promesa que sobre ti pesan y ya me tienes los cables afuera, sincérate conmigo o es que ¿le tienes miedo a mis dueños? a propósito en estos días escuche decir que muchos de esos humanos (nuestros educados dueños) nos quieren llevar para la puerta de tu despacho, ¡imagínate! si nos aparecemos allá reclamando nuestros derechos y con la consigna de: “con y sin luz paganos la promesa”, me imagino tu cara etérea y ondulante al vernos en tu cúpula, jajajaja, disculpa la risa.
Mientras tanto querido Sr. Embuste no deseo ser grosera con usted, por lo tanto en mi condición de mujer, acaba trapo y dama de armas tomar, me encuentro en la imperiosa necesidad de increparlo por la ineficiencia a la hora de cumplir sus promesas, imagínate tú que los teteros de los hijos de mis dueños se pusieron piche porque a mi comadre la nevera se le achicharro el motor.
Fíjate, en esta casa me tratan muy bien, no me quejo de eso, es más, cuando se va la luz no me regañan porque dejo de trabajar, lo único que dicen es: ¡Que viva Chacumbele!, por cierto ¿quién será ese señor?, quien sea, debe ser una deidad porque además escucho cuando uno de mis dueños dice: Gracias a la inversión de Chacumbele ahora la luz es con velas.
Lo cierto del caso es que no quiero hablarle sólo de mí, sino también de mis amigas y amigos: la licuadora, la plancha, mi compadre televisor, mi padrino computador, el vecino ventilador y mi comai la nevera, los cuales últimamente se quejan porque dicen que cuando usted estaba en campaña prometió que si una de ellas o ellos se quemaban producto de los constantes apagones usted se haría responsable de reponerlas por una nueva, cosa que hasta el momento no ha pasado. Ellas además comentan que usted les jugo kikiriguiqui y que también les vio cara de pendejas.
No quiero pasar por una proxeneta, con este mensaje dejo bien clara mi posición y no digas que no te comunique, guerra avisada no mata soldado, me despido de ti con un beso de espuma y con un abrazo hediondo a cable quemado, atentamente: La mismísima Lavadora. *Estudiante de Comunicación Social.
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