Los vaporones de mi suegra
*Por: Ramón Centeno
No sé si esto que actualmente estoy viviendo, le este pasando a otro mortal, ¡ojala que no!, lo cierto del cuento que vivir con tu suegra y que además de chavista este pasando por la etapa de la menopausia es peor que la tragedia de sodoma y gomorra y mucho más difícil que los problemas maritales del que te conté. Lo bueno de la jácara entre la doña y yo es que desde hace unos días no me habla porque dice que soy un imperialista, un pitiyanki, un desgraciado y por si fuese poco un retrasado metal, manipulado por el mismísimo toro negro.

Veo con angustia como mi otrora amada suegra se ha convertido en una extraña especie con características poco comunes, ahora en vez de salir al auto mercado dice que irá al mercal, en vez de tararear las chatarritas, ahora canta Yankee go home, y por si fuese poco más nunca se quito un traje rojo (sólo en días feriados cuando usa un traje verde oliva), de un tiempo para acá usa boina, los días 4 de febrero iza la bandera nacional, en navidad cambió el arbolito por una estatua de Erika Farias y en carnaval le compra a mis hijos disfraces de Aristóbulo y María Cristina Iglesias, cuando no le alcanza el dinero les llega a conseguir un hermoso disfraz del Señor de los Anillos.

Y no conforme con todo lo anterior la muy cínica le prende vela al Che, a Tiro Fijo y al Mono Jojoy y en las madrugadas le da besos al afiche que tiene en la cocina de Fidel Castro, ¡es que no la aguanto!, ahora en vez de arepa hace bollitos en forma de PSUV y suprimió el arroz por dosis de Aló, Presidente y canjeo todas las caraotas negras que tenía por caraotas rojas.

Sin dejar de lado que además le dio por pelear con todos los vecinos y decidió colocarle unas bases de vigilancia en el patio como medida de protección, el papel higiénico ahora es rojo, mis interiores son rojos y la muy desgraciada ahora compra cloro de color rojo. En definitiva quien tenga este tipo de espécimen en su hogar tiene dos opciones o la mata o la manda para un CHavícomió.

Que cachaza tiene la despiadada de mi suegra, ahora nos viene con el cuento de que el agua y la electricidad son del capitalismo y que las velas y totumas son de marca socialistas. Nos dice que ser rico es malo y que además tenemos que darle gracias al que te conté porque nos ha dado la oportunidad de comprar pollos venidos de la cocina de un tal Lula y una llamada Cristina, pasta y sardinas que nos manda un indio llamado Evo y una leche que nos llega en forma de maná del más allá, haciendo colas como los propios Evones.

Cuando me lleno de bríos para escribir todo esto me entra un fresquito por los pies, porque todo este caos que vengo viviendo me resulta incomodo, no le veo salida, pero por lo menos tengo la oportunidad de desahogarme. ¡Vaya! que vivir con esta vieja me tiene el alma en vilo y saber que puede estar viva hasta el 2021 me pone los nervios de punta, ¿será que le doy un laxante? para que muera por el (censurado). Ayúdenme por favor, mándame unas propuestas con mi sobrino Ramón o me llaman al 0800-Guarimba y que la historia diga la última palabra. *Estudiante de Comunicación Social.

PS: Viéndolo bien ¿será que a mi suegra le llegó la menopausia?